Manual práctico de la Ley de Atracción - reseña crítica

Todo lo que deseas en la vida se te puede cumplir. Lo que más anhelas o has perseguido durante toda tu vida está ahí, esperándote. Con las enseñanzas que brinda J. Blacksmith Schreiber, este libro resulta una guía imprescindible para dominar la Ley de Atracción. Ponte a leer estos conceptos didácticos y estas técnicas prácticas para potenciar tu vida.

El propósito

J. Blacksmith Schreiber comienza el libro haciéndose preguntas. ¿Es necesario saber el propósito vital de cada uno? ¿Cómo puede ser descubierto?

Tomando las palabras de James Allen, “no atraemos lo que queremos, sino lo que somos”.

Según el autor de este título, el propósito hace que tus objetivos se alineen con tu subconsciente y -por lo tanto- vayas en línea recta hacia tus deseos, sin dar vueltas ni zigzagueos.

La meta entonces es conectar los pensamientos con los propósitos para conseguir un logro inteligente.

Para eso debes hacerte una serie de preguntas y reflexionar muy bien las respuestas. Es la mejor manera, tal como explica Schreiber.

Por ejemplo, si por casualidad encuentras 20 millones de dólares en el banco y el dinero dejara de ser una preocupación en tu vida, ¿a qué dedicarías tus horas?

O mejor aún, piensa qué hacías en tu tiempo libre cuando eras pequeño.

Si quieres continuar expandiendo tus límites también puedes preguntarte qué desearías en la vida si estuvieras absolutamente seguro de poder conseguirlo.

Tim Ferris, por su parte, propone visualizar qué harías si no pudieras fracasar o si fueras diez veces más listo que el resto.

Los objetivos

En este capítulo, Schreiber deja en claro que para establecer un objetivo estos deben cumplir ciertas características si es que realmente anhelas que se cumplan.

Para ponerlo en marcha tienes que ponerlo por escrito. Esto crea como una especie de “contrato” con tu subconsciente y con el Universo para la realización.

Con esto tus posibilidades de éxito se dispararán, sobre todo si detallas los pasos, los avances, las ventajas o las recompensas. Esto aumentará si firmas el objetivo para fijar todavía más el compromiso.

¿Cómo empezar? Puedes hacer dos listas, una con las cosas que te urgen y otra con tus máximos deseos.

Para esto el autor brinda algunas pistas, como tener en cuenta el propósito vital o separar tus deseos por áreas.

Luego debes analizar cada deseo haciéndole a cada uno esta serie de preguntas:

• ¿Realmente lo deseas o es sólo un interés pasajero?
• ¿Es posible de realizar?
• ¿Es respetuoso con la gente?
• ¿Es coherente con el resto de la lista?

El propósito es tachar a los que den respuestas negativas a esos planteos.

A medida que pase el tiempo puedes ir añadiendo y eliminando cosas que ya no desees tanto o que hayas cumplido. Esto le da un sentido de “viva” a la lista.

Recuerda tenerla siempre a mano para poder repasarla a diario, cuando sea necesario. En consonancia, establece prioridades de cuáles quieres que se cumplan primero.

Asimismo Schreiber sostiene que lo importante es la intención. ¿Por qué? Porque es lo que se realiza, no el deseo.

Por otro lado, deja en claro que después de establecer nuestra lista de objetivos lo más prudente es preguntarse si estamos ante un verdadero deseo o un “cómo”.

Las afirmaciones

Ahora, ¿cómo se hace para convertir esos objetivos o intenciones en afirmaciones que funcionen?

Según varios estudios, hay pequeñas diferencias que pueden suponer el éxito o el fracaso de tus deseos:

• Construir la afirmación en positivo, nunca en negativo. Se trata de eliminar cualquier palabra que exprese algo que no quieras atraer.
• Eliminar las desiderativas. Esto implica dejar de utilizar cualquier palabra que exprese querencia, deseo, apetencia, ambición, anhelo o preferencia.
• Que involucre tus propias acciones. En otras palabras, tienes que pedir algo que puedas manifestar con acciones propias, que no requieran la actuación de otra persona.
• La extensión. Schreiber sostiene que las afirmaciones más poderosas son las más breves.

El autor marca que la claridad y la concreción es una de las mejores armas para enfocarte en un objetivo/intención. En este sentido, tu afirmación tiene que ir en sintonía con este principio.

Al mismo tiempo, resulta contraproducente establecer un plazo límite por la presión extra que significa eso.

Aunque sí puede servir añadir en tu afirmación al menos un sentimiento dinámico o una palabra relacionada con los sentimientos que quieras experimentar cuando alcances la meta.

También sirve incluir un verbo de acción u otras palabras como “yo”, tu nombre, “ahora” o “gracias”. Justamente esta última es muy importante.

Si incluyes un “gracias” al final de tu afirmación darás a entender que no eres tú quien ha conseguido ese deseo sino que es otra “entidad” quien la ha conseguido por ti.

La visualización

Para Schreiber, la visualización es recrear el momento. No pasa sólo por ver con tus propios ojos, sino por sentirlo de manera completa.

Si recreas situaciones futuras, entramos en el terreno de la visualización enfocada a objetivos.

El subconsciente recrea recuerdos todo el tiempo y eso alimenta a la Ley de Atracción, que devuelve lo que enviamos al Universo.

Según el autor, lo recomendable es aplicar una combinación de afirmaciones y con visualizaciones. Simplemente, porque conjugar ambas técnicas es más divertido.

Hay algunas claves para visualizar correctamente. Por ejemplo, no fantasear. No es fantasear con ser rico, es recordar que se es rico, pensar en ello como un hecho objetivo.

Schreiber también habla de la técnica del Tablón de Logros. Allí vas colgando o pegando a modo de collage, fotografías o dibujos de tus deseos. Esto te permite observarlos todos los días y “vivirlos”.

Recomienda agregar esta frase al tablero: “gracias por todas las bendiciones que tengo y por todas las que estoy recibiendo”. Si la lees siempre, te ayudará a sentir el agradecimiento como si ya tuvieras tus deseos.

Retomando el tema, el autor sostiene que visualización y afirmación deben ir de la mano para que la efectividad sea máxima.

Explica que no hay mejor momento y lugar para visualizar que cuando se está afirmando. Remarca, especialmente, que la fusión es muy simple. Cuando habla de afirmar decía que había que sentir lo que expresas. Sentir como si fuera ya una realidad. Y eso es visualizar.

El desapego

En esta ocasión Schreiber da un consejo fundamental. No te obsesiones en preocuparte por si el objetivo/intención que tienes se va a cumplir antes o después o cómo se va a cumplir. Relájate porque ya está en manos del Universo.

Es decir, no pienses en “no tengo trabajo”, “no tengo trabajo” y así porque la Ley de Atracción trae más de eso, “no tengo trabajo”.

Lo que resulta realmente efectivo es establecer un propósito adecuado para fluir con el cosmos.

Muchas veces sucede que te lleves un disgusto esperando que un objetivo/intención se cumpla. Para esto tienes tres recursos:

• Tomártelo con filosofía. Esto es, pensar que lo que te ha ocurrido es algo normal en el proceso de la consecución del objetivo/intención.
• Repetir una afirmación. Si tienes que hacer un trabajo repetitivo y tedioso puedes acompañar la tarea con la repetición mental de la afirmación que hayas construido para tu deseo.
• Considérate responsable. Según el autor, debemos sentir que nosotros somos culpables de lo sucedido.

Por ejemplo, si realizas una donación de dinero volverá a ti multiplicado porque lo estarás desestancando, haciéndolo circular. No sólo eso, sino que así le dirás al Universo que no eres adicto al dinero. Esto te genera un desapego al dinero, con lo nocivo que es el apego.

Según Víctor Boc, debes tener en cuenta cuatro normas para realizar una donación: cuánto, cuándo, dónde y que sea anónima.

La rutina

Esta parte es importante porque señala que debes crear una rutina nueva en la que lo confortable sea atraer tus deseos en vez de no darles lugar. En otras palabras, que obtengas más placer persiguiendo tu deseo que si te quedas en la situación actual.

Tener una rutina diaria personal puede ayudarte a que llevar a cabo los cambios resulte más sencillo.

En este caso, Vadim Zeland -traído por Schreiber- aconseja aprovechar un hábito ya creado para hacer algunas afirmaciones o visualizar.

Si bien esto sirve, lo que más resultados da es afirmar y visualizar antes de ir a dormir y nada más levantarse. Está comprobado que son los momentos del día en los que la Ley de Atracción funciona con más eficacia.

Además, lo que facilita la creación de un hábito es hacer lo que quieres convertir en rutina respetando el mismo lugar y la misma hora.

Lo que le dio un impulso al autor fue haberse darse un premio a sí mismo por respetar su rutina. Creó un contrato laboral para cumplir con los ejercicios de la Ley de Atracción.

En tu caso, hasta puedes incluir incentivos por cumplir ciertos objetivos. Si realmente te comprometes, conseguirás tu deseo.

Asimismo propone dividir las tareas de todos los días en cuatro categorías:

• Importante y urgente.
• Importante pero no urgente.
• Urgente pero no importante.
• Ni importante, ni urgente.

Está claro cuáles deben priorizarse. Lo importante vale más que lo urgente no importante. Por eso piensa dos veces antes de no cumplir con los ejercicios por primera vez.

También sirve tener un ambiente y unos materiales propicios para generar un hábito. Ejemplifica con una mesa despejada y ordenada, un buen cuaderno y bolígrafos cómodos.

Actuar como si ya fuera una realidad y pasar a la acción

En este apartado, Schreiber deja dos mensajes a tener en cuenta.

El primero, es hacer los preparativos necesarios como si no tuvieses tiempo que perder.

En tanto que vuelve a apelar a Zeland para manifestar que puedes aprovechar para buscar conexiones con tu objetivo en cualquier momento.

Por otro lado, el riesgo al visualizar el éxito cuando uno se excede en su entusiasmo positivo y se cruza de brazos esperando que el milagro caiga del cielo.

Necesitas pasar a la acción cuando te llegue la inspiración. No se trata de forzar una situación sino de no rechazarla cuando esta se presente.

Según el autor, la Ley de Atracción lo que te dará serán las oportunidades y las ideas. Te los pondrá frente a tus narices. Sólo depende de ti actuar o dejar pasar el tren.

Aunque no te preocupes. Si haces bien tu trabajo pasarás inconscientemente a la acción. No te requerirá ningún esfuerzo ni miedo, lo único a lo que deberás prestar atención es a las señales.

El monitoreo

Schreiber explica que llevar un seguimiento de tu progreso es vital para distinguir las señales de conflicto o cooperación que surjan.

Es decir, te ayudará a ver de manera más clara todo lo que está sucediendo.

La cuestión ahora pasa por realizar ese monitoreo. Consiste en leer, imaginar y experimentar tu afirmación y ver qué hiciste durante el día para acercarte a ese objetivo.

Si aparecen señales de conflicto, intenta modificar tu afirmación hasta conseguir las señales de cooperación.

Una vez que hayas logrado tu objetivo/intención, completa el proceso felicitándote y regalándote algo.

Notas finales

Este microlibro puede servirte como un manual básico, explicativo, para la práctica diaria de la Ley de Atracción.

Permite el entendimiento rápido y la práctica inmediata. Es recomendable adquirir un pequeño cuaderno, para continuar los ejercicios mencionados anteriormente.

Practica todos los días o no tendrás resultados efectivos, afirma J. Blacksmith Schreiber.

Se trata de un proceso constante que te permitirá darle un giro positivo a tu vida. Ahora el cambio que buscabas está más cerca que nunca.

Consejo de 12min

Anímate a leer también “El poder de los hábitos” para poder aprender más sobre el impacto de tus hábitos en tu personalidad y en lo que eres capaz de alcanzar.